lunes, mayo 02, 2011
jueves, julio 10, 2008
MOMENTOS DE CARTONPIEDRA

jueves, abril 03, 2008
Rumor de mar

lunes, diciembre 31, 2007
CIUDAD BELEN
martes, diciembre 11, 2007
BAROMETRO HUMANO

A Cristina Caja, termómetro vital de emociones confusas
“Volvió la lluvia.
No volvió del cielo
o del oeste.
Ha vuelto de mi infancia...”
(Oda a la lluvia)
P. Neruda
Probablemente el ascensor sea uno de los lugares más insólitos en los que un ser humano puede hallarse a lo largo de su existencia: un espacio hermético que parece aproximar confidencias a banalidades y en el que, paradójicamente, los humanos hablan del tiempo.
Ayer mismo pude escuchar dos partes meteorológicos diferentes. El vecino del sexto, Damián, aseguraba con una vehemencia irrefutable que la lluvia cesaría –ya lo verá usted, joven- a partir del miércoles. La del tercero auguraba además una drástica bajada de temperaturas.
No. Nunca he entendido ese feroz empeño por hurgar en los cambios atmosféricos. He probado en otros bloques de viviendas y en todos se reúnen las mismas camarillas isobáricas para determinar el rostro que tendrá la tierra al día siguiente.
Hoy he subido hasta el ático con una mujer, tan silenciosa como atractiva, que se miraba tercamente las puntas de los zapatos.
Estoy perdido… -me he escuchado decir, tratando de resolver mi desasosiego.
Ella ha levantado los ojos y me ha mirado pausadamente de pies a cabeza con una ternura inesperada.
Con este tiempecito no se puede salir a la calle sin paraguas –me ha dicho cálidamente al oído mostrándome el suyo.
Era estampado; con mango de madera.
Bernardo Bersabé
Diciembre, 2007
domingo, mayo 20, 2007
PARAÍSOS NOCTURNOS

miércoles, mayo 09, 2007
ELOGIO DE LA INSURGENCIA

jueves, abril 26, 2007
DICTAMEN

SOL Y SOMBRA

miércoles, abril 11, 2007
martes, abril 03, 2007
miércoles, febrero 07, 2007
AMOR Y CELOS EN EL ESPACIO
martes, enero 23, 2007
EL PESO DE VIVIR

domingo, noviembre 19, 2006
MORADA
miércoles, noviembre 08, 2006
MUJER DE ABENUZ
viernes, noviembre 03, 2006
DE REPENTE, LA GUERRA
lunes, octubre 30, 2006
domingo, octubre 29, 2006
PERROS DE NADIE
martes, septiembre 26, 2006
viernes, junio 30, 2006
ESPEJO IMPERFECTO

sábado, junio 24, 2006
Felipe Benítez Reyes

jueves, mayo 25, 2006
Un mundo teñido de paz

jueves, mayo 04, 2006
miércoles, abril 26, 2006
Cosmopoética 2006

Un hombre es dios cuando todos sus súbditos
se comportan ante él como rey.
Un dios es hombre cuando sus milagros
dejan de interesar a los sumisos.
Un desnudo deja de tener frío
cuando el ingenuo le clava los ojos.
Un poeta pasa a ser inmortal
cuando puede ajusticiar la belleza
en favor de la verdad.
© Bernardo Bersabé
domingo, abril 02, 2006
viernes, marzo 24, 2006
Maneras de mirar

© Bernardo Bersabé
sábado, marzo 18, 2006
Pedro Salinas

sábado, marzo 11, 2006
Antonio Gamoneda

martes, marzo 07, 2006
Luis Martín Santos

miércoles, febrero 22, 2006
Vicente Huidobro
Una vez concebida la idea de mi poema, la primera pregunta que me hice fue sobre el metro en que debía desarrollarlo. Sin vacilar pensé en el verso libre, porque si hay un tema que exija esta nueva forma, ese tema es el mío, por su misma primitividad de vida libre. Por otra parte, yo hubiera deseado hacer muy grande, muy fuerte la creación del poema, y ese mismo deseo de grandeza me pedía mayor libertad, absoluta amplitud.
Los retóricos españoles confunden el verso libre con el verso blanco. El primero es una mezcla de ritmos armoniosa en su conjunto y de versos perfectamente rimados en consonante o asonante (o en ambas rimas), y el segundo es siempre de igual número de sílabas y sin rima.
El poeta antiguo atendía al ritmo de cada verso en particular, el verso-librista atiende a la armonía total de la estrofa. Es una orquestación más amplia, sin compás machacante de organillo. A las protestas de los retóricos adocenados diremos que cada uno de los metros clásicos oficiales y patentados, significó, también, en un tiempo, la conquista de una nueva forma, de una nueva libertad. Y a los que no perciben la armonía del verso libre les diremos que reeduquen bien su oído, su pésimo oído, puesto que soportan con gusto largas tiradas de versos iguales que a veces durante media hora están apaleando el oído o cada cierto número fijo de sílabas.
También les diremos que recuerden que cuando Boscán llevó a España el endecasílabo italiano fue rudamente atacado y que nadie percibía entonces el ritmo del verso que pocos años después sería el favorito de la alta poesía clásica castellana.
Todo evoluciona; confiemos también nosotros en la evolución de los malos oídos, confiemos en que algún día percibirán todos el maravilloso ritmo interior.
La idea es la que debe crear el ritmo y no el ritmo a la idea, como en casi todos los poetas antiguos.
martes, febrero 07, 2006
Emilio Lledó
Francisco Ayala

miércoles, febrero 01, 2006
lunes, enero 30, 2006
María Zambrano
"Escribir es defender la soledad en que se está; es una acción que sólo brota desde un aislamiento efectivo, pero desde un aislamiento comunicable, en que, precisamente, por la lejanía de toda cosa concreta se hace posible un descubrimiento de relaciones entre ellas.
Pero es una soledad que necesita ser defendida, que es lo mismo que necesitar de justificación. El escritor defiende su soledad, mostrando lo que en ella y únicamente en ella, encuentra."
miércoles, enero 18, 2006
SOLEDAD

Reconozco tu grandeza,
sufrida huésped que
-a cambio de mis derrotas-
no pagas inquilinato alguno
por la morada que te presto,
este domicilio traidor,
silenciosa fortaleza de un tiempo
que algún día abandonaré, muerto.
Gracias por tu playa de invierno,
tu cielo color estaño,
tus maderos de palabras,
tus olas con sabor a nada.
Me das la libertad para el juego
pero me atas siempre a la memoria.
Me ofreces la sombra de tu cuerpo
siempre disfrazada de virgen,
ceñida lencería de acero
y piernas abiertas de silencio.
Sabia tirana cuyo discurso
siempre está por escribir.
Mosca molesta que te acercas
zumbando al calor de la desgracia.
Estufa de borrachos, a quienes
calientas a base de indiferencia.
¿No te bastó ya
con ser reina de mi juventud,
sabiendo que serás una tormenta
en mi vejez, atesorando lamentos?
Gracias, pero no salgas
más de tu oscuro cuarto,
ingrata compañera de condena.
© Bernardo Bersabé
Madrid, 9 de enero de 2006