lunes, mayo 02, 2011

PUERTA ABIERTA

Soy quien soy
cada vez que te enhebras a mi
con tu mirada de hilo transparente
y das suelo a estos pies quebradizos
que viajan desnudos
hacia la puerta abierta
que es nuestro seguir viviendo.
Bernardo Bersabé
Majadahonda, 1 de mayo de 2011

jueves, julio 10, 2008

MOMENTOS DE CARTONPIEDRA

Saber elegir el momento de parar es protegernos del peligro, leí alguna vez en algún lugar lejano. Hace tiempo dejé de ser un ser sin nombre para comenzar a ser un hombre que camina con pies de plomo sobre la lumbre del mundo. Porque hay rincones que escupen verdades, olas que traen a la orilla el vacío, informes de oficina con la debida nostalgia y lenguas que trasladan con su lúbrica humedad las palabras más dolorosas.
Porque tú, mi querido ahora de cemento, sabes elegir el tiempo adecuado para respirar pausadamente y a la vez jadear con destreza animal; para creer en la muerte, en el vacío, en la seguridad neutra del ojo ciego, ese que tan sólo se atreve a ver y aceptar lo cierto.
Pero hay también vientres confusos, lágrimas que surgen sin causa, trenes que llegan a deshora a pesar de los programas de fidelización y feligreses que plantean sus quejas a un árbol.
Lo que quiero decir, en definitiva, es que he dejado de escuchar la música loca que se escapaba por tu ventana rota desde ese simulacro de nido.
Recuerdo haber leído –tampoco sé ni cuando ni en qué lugar- que aquel que permanece donde ha encontrado su verdadero hogar perdura largo tiempo y aquel que muere pero no perece disfruta de la verdadera longevidad.
Madrid, junio de 2008

jueves, abril 03, 2008

Rumor de mar

A Raquel, mi hoy atlántico
Hoy soy aquel que anhela tu arrecife,
tus trincheras de luna,
el cercano sabor de tus temores.
El que codicia estar contigo
en el mar subterráneo del deseo,
allá donde tus ojos se confiesan,
se exponen, se desvisten,
y otra vez pueden ser
una mano tendida.
Madrid, abril de 2008

lunes, diciembre 31, 2007

CIUDAD BELEN

Ciudad que dejas atrás uniformes y dudas,
tu rostro aquí -el rostro de mi amor- son tus piernas, las piernas con las que voy caminando.
Ciudad Belén,
abanico que revelas y ocultas la vida
limpia como el motín de un ingente
y tan de piedra, tan lengua en la lluvia,
tan espalda, tan siesta en el mar.
Sonrisa y sol uniendo dos países en guerra
pelo al desanudarse, tormenta en las balcones del crepúsculo.
Tu vientre es el jadeo del mar, la sístole del día.
Afluente y biosfera, marea,
recibes todos los nombres del agua.
Pero tu sexo no tiene seudónimo,
es la otra cara del tiempo,
el dorso de la vida.
Allí cesa toda plegaria,
la belleza no es comprensible
-replegada en sí misma- es vacío
y la luz –cuando estamos juntos- es tiniebla, luz para dos ciegos.
Allí el tiempo se detiene a pensar,
los puntos cardinales nos tientan,
es el lugar donde nos perderemos siempre.
Ciudad Belén,
allí se acaba el tiempo,
aquí comienza para nosotros.

Bernardo Bersabé Diciembre de 2007

martes, diciembre 11, 2007

BAROMETRO HUMANO

A Cristina Caja, termómetro vital de emociones confusas

“Volvió la lluvia. No volvió del cielo o del oeste. Ha vuelto de mi infancia...” (Oda a la lluvia) P. Neruda

Probablemente el ascensor sea uno de los lugares más insólitos en los que un ser humano puede hallarse a lo largo de su existencia: un espacio hermético que parece aproximar confidencias a banalidades y en el que, paradójicamente, los humanos hablan del tiempo.

Ayer mismo pude escuchar dos partes meteorológicos diferentes. El vecino del sexto, Damián, aseguraba con una vehemencia irrefutable que la lluvia cesaría –ya lo verá usted, joven- a partir del miércoles. La del tercero auguraba además una drástica bajada de temperaturas.

No. Nunca he entendido ese feroz empeño por hurgar en los cambios atmosféricos. He probado en otros bloques de viviendas y en todos se reúnen las mismas camarillas isobáricas para determinar el rostro que tendrá la tierra al día siguiente.

Hoy he subido hasta el ático con una mujer, tan silenciosa como atractiva, que se miraba tercamente las puntas de los zapatos.

Estoy perdido… -me he escuchado decir, tratando de resolver mi desasosiego.

Ella ha levantado los ojos y me ha mirado pausadamente de pies a cabeza con una ternura inesperada.

Con este tiempecito no se puede salir a la calle sin paraguas –me ha dicho cálidamente al oído mostrándome el suyo.

Era estampado; con mango de madera.

Bernardo Bersabé

Diciembre, 2007

domingo, mayo 20, 2007

PARAÍSOS NOCTURNOS

Siempre me han fascinado la majestad secreta de la noche: sus muecas de tahúr, sus aspavientos. De madrugada, la conciencia camina de rodillas tratando de cumplir su penitencia de alcohol, frío y mentiras. La lujuria -cargado su revólver- exigiendo que el tiempo se detenga y se baje las bragas. Marchito, en una barra, el vacío -rubí de porcelana-, disfrazado de seda y soltando sus jaurías, te tienta con un último gin-tonic. En la pista de baile, una mujer sin tiempo para besos, tratando de enseñar su ajustada indiferencia. Cuando llegues a casa ¿cuál de tus recuerdos llegará roto? La mañana no tiene esos misterios: el olor a oficina del café, la verdad apuntándote a la frente, un cielo encapotado de presagios y un despeñadero de intenciones compasivas donde pactar la tregua y preparar la próxima guerrilla.

miércoles, mayo 09, 2007

ELOGIO DE LA INSURGENCIA

Cada vez que uso mi tarjeta de crédito le regalo al mundo un mapa fresco con la información de dónde he estado ese día (eso si, jamás le soy infiel al BBVA con los txirritas, no quisiera aparentar ser terrorista). Saco dinero de La Caixa y me ven meterme el dedo en las narices (no quiero ser radical, por eso me extraigo el moco y, con toda educación, lo escondo detrás de una papelera). Compro por Amazon y desnudo mis gustos literarios (nada radical: Almudena Grandes, Coelho y L. A. de Cuenca, no quiero vacilar de metafísico). Alquilo mis películas en Videomatic y saben qué veo (sólo las de estreno, no quisiera dar al país la imagen de libertino). Uso la tarjeta de Carrefour y les informo de mis hábitos nutricionales (Pringles, Coca-Cola light y alguna pizza, para no aparentar que nado a contra corriente). Con la tarjeta de las Farmacias Modernas pueden saber de qué padezco (nada de preservativos ni lubricantes, podría parecer un maníaco sexual o -peor aún- un mariquita).
Siempre llevo puestos el sombrero, las gafas de sol y el loden, para que no me pueda reconocer el que ve la grabación por las cámaras, al día siguiente. Salgo y entro a mi casa a las horas más intempestivas, casi siempre borracho. No saludo a los vecinos, no vaya a ser que sepan quién soy. Me comporto con rectitud monacal en mi habitación, nunca se sabe quién pueda estar observando, escuchando… curioseando.
Me acuesto y, en la oscuridad –el espacio más decoroso del que dispongo- entorno los ojos y consigo llegar al único lugar donde me siento soberano de mis actos, donde nadie me puede espiar, donde me siento totalmente libre e ingobernable: mi mente, mi imaginación.
Bueno, al menos... de momento.

jueves, abril 26, 2007

DICTAMEN

Tú, el que juzga
desde fuera del tiempo mi vivir en el tiempo...
Viste morir en mi a un niño
envuelto en lienzos y mercaderías.
Al chiquillo sin nombre
rendido al hechizo de las promesas.
A un adolescente celebrando
aquelarres de fervor en sus versos.
El resultado es esto.
Un individuo cansado que te mira a ti
con suspicacia.
Un hombre agarrado a su propia cobardía,
esa tenaz liturgia del recelo.

SOL Y SOMBRA

A Alicia Martínez Villoslada
Existe un tipo de majestad remisa a anunciar la gloria de su estirpe y que no da tiempo para despedidas ni saludos al ruedo. Esa misma –la que tanto da como quita- había querido llevarlo a morir allí: apoyado en la puerta que tantas veces lo alzó al cielo y que ahora tañía desde su oquedad la obertura del infierno. La muerte, hecha allí cornamenta, despedazaba el aire en su última embestida.
Frío y altivo como asta de toro, con su esbelta arquitectura de torero. Tendido en el suelo. Ojos de mármol, mirando al cielo. La sombra del valiente sobre sus pantorrillas. Abierta una herida sin dolor para la que ya no había cura.
Te arrimabas tanto al toro como a la barra de los bares. Y es que jamás le tuviste miedo a la muerte. Día a día ibas jugándote la vida entre aplausos y bramidos de botellas, agotando con cada trago el vaso del tiempo...
Y al final, esta muerte tan perra, corneado siempre por la vida, los sueños y las deudas. Pidiendo la venia antes de tiempo. Oliendo a vino y vestido de oro y seda.

miércoles, abril 11, 2007

Roy Lichtenstein

"Entender la pintura a través de las palabras supone una gran dificultad; los muchos volúmenes sobre el asunto lo atestiguan"

martes, abril 03, 2007

J. L. Borges

"Somos nuestra memoria,
somos ese quimérico
museo de formas inconstantes,
ese montón de espejos rotos"

miércoles, febrero 07, 2007

AMOR Y CELOS EN EL ESPACIO

Desde aquel viaje no has vuelto a ser la misma. Te habían clavado un puñal en el tiempo y las verdades amenazaban con rabia. Allá arriba, donde la luz carecía de peso, tú misma comprendías lo arriesgado de tu aventura, sin darle importancia. Observabas un abismo musical de estrellas para olvidarlo: esa infinita colmena que es el cosmos, sin disimulo de vanidad en su amenaza.
Al descender y deciros adiós, una daga se te quedó prendida del alma. Volvías a sentir el frío de las madrugadas.
Hoy, ya de camino, sintiendo en los pómulos el vigor de la vida, no sabes a qué te llevará este otro viaje. Lo único que sabes es que su rostro se te aparece como un destello en el calendario perverso de la memoria. Siempre con la extraña sensación de que un deseo te va a arrebatar la vida.

martes, enero 23, 2007

EL PESO DE VIVIR

Cerró la puerta y dejó la llave donde siempre. Estaba segura de que se alejaba de allí para no volver. Dejaba atrás todo cuanto había supuesto un atisbo de felicidad, a pesar de los dolores y las noches en blanco. Partió sin más, observada tan sólo por el movimiento de las hojas. Cualquier gesto de calor la hubiera vuelto a encadenar al presente. Sin embargo, había vivido cuanto había soñado y apenas le quedaban dudas (las preguntas ya habían sido contestadas hacía mucho tiempo).
No hubiese querido escapar, pero apenas le quedaba fuego por vivir. Como un ladrón sin tacto, el tiempo se llevó sólo los buenos momentos; ayer su lumbre le ardió en la espalda. Hoy la niebla y el silencio envolvían un pasado que –en forma de ser informe- corría tras ella para engullirla. Hizo así el solemne juramento de olvidar todo aquello.
El pasado había sido una huella templada, un recuerdo en la cabeza de un ser invadido de agonía y placer. Aún así, tenía la ingenua esperanza de que alguna vez se la recordara. A ella, sus diversos nombres, su existencia, sus manos temblorosas. Sabía que serían muy pocos los que la nombrarían, y que terminaría por caer en el olvido.
¿Hasta cuándo seguirá sangrándome la vida?
Intuyó el final como un vago delirio. Su existencia quedó reflejada en la pared musicalmente, como un pentagrama de sangre. Sus sonrisas, convertidas en un ambiguo secreto. Las palabras, grabadas en las piedras del jardín.
Encorvada pero segura de sí misma -ahora poderosa, más allá del dolor- siguió avanzando por la calle vacía. Unos pasos más allá se transformó en sombra y empezó a sentir en su cuerpo -ajeno ahora a su invisible huir- el agradable peso de la vida.

domingo, noviembre 19, 2006

MORADA

Morada para recoger un cuerpo,
residencia para olvidar
las huellas de otros pasos en la tierra,
cobijo en la ciudad amordazada.
¿Es mi casa esa techumbre
donde acumulo libros sin leer,
es ese tabique
que sobresale como un hueso roto,
es el marco de la ventana
que tantas estrellas fugaces
habrá visto desfilar en las noches?
¿O es acaso esta otra,
vestida de noche, rumbo al día,
ella, puro cimiento,
queriendo ser hogar y no fantasma?
No entiende la casa
esta afonía en las noches,
su acústica de pasillo desierto;
abren la puerta y la nostalgia pasa
como un potrillo perdido en el monte.
¿Dónde están sus habitantes? –pregunta-
¿dónde las dudas que encienden sus causas?
Casa dormida,
el silencio envejece en tus tabiques.
¿Quién vive aquí?
¿Quién te ronda en esta casa vacía?
Aquí la luz se convierte en madera.
¿Y las almas, dónde están?
Llegarán un día,
calladas como árboles,
y tanto silencio será esplendor;
los sonidos cotidianos
-los que hoy empujan tu boca-
vendrán a habitarla.
¿Y si, para entonces,
la tarde cae en trance
y, a la hora del ocaso,
el eco de tu voz
se va a dormir discretamente?

miércoles, noviembre 08, 2006

MUJER DE ABENUZ

Mujer que en tus entrañas transportas
el embrión del hambre del mundo
-tu anémica solitaria arrugada-
esperando eclosionar como una crisálida.
Lo parirás sin nadie y con dolor, en cuclillas.
Caerá en tierra seca,
como huevo de gallina rodando
y, a la sombra de un baobab,
atarás su ombligo con nenúfares.
Apenas trece años mal vividos
y se enredan culebras a tus senos cansados.
Será el primero de una serie de diez,
hasta que te quedes tan yerma y devastada
como campo de cultivo tras la marabunta.
Los hijos que logren sobrevivir
-que consigan atravesar el ojo de la aguja-
soñarán con retirarte las moscas
de la comisura de los labios
mientras navegan hacia su Ítaca,
desafiando el infinito a golpe de océano.
El último de tus retoños
-el más pequeño-
será escupido por el mar a la playa;
reptarán sobre su cuerpo
las sierpes del abandono.
Todo sol, todo afán, todo arena;
la cara empotrada en la playa
e inflado -como vejiga de vaca-
será un indocumentado más,
por tanto, inexistente.
Y tú,
mujer de abenuz,
en tu choza de sebo,
a la orilla del fango
-ardiendo tus labios de silencio-
seguirás aguardando aún
a la sombra de un baobab,
su regreso.
Como si fuera precisamente ese
el único hijo que has parido,
ya casi sin dolor ni lágrimas,
el último de los diez,
ese.
El que no volverá nunca.

viernes, noviembre 03, 2006

DE REPENTE, LA GUERRA

De repente,
estalló la guerra,
como jeringa de azúcar.
Al principio, como un juego de niños.
Más tarde
-cuando el aire quedó dañado-
se calleron las flechas de los relojes
y los murciélagos de sus madrigueras.
Entonces nos dimos cuenta.
Los vidrios del sueño
se habían transformado en cemento;
tenían heridas las calaveras
y roncaban muy cerca las nubes
soltando nieves cargadas de azufre.
La aurora se volvió
una franja de dorada miseria,
convertida en cómplice de la noche.
Los hombres tenían miedo del agua,
cerraban los balcones para amar y,
entre las sábanas, sudaban muerte.
Más tarde,
el sol se partió, dividiendo sueños,
y las infancias quedaron perdidas
en los portales.
De todo aquello tan sólo quedan hoy
las palabras más perversas del mundo.
Hoy sería inútil recordar
aquella paloma blanca que una vez
anidó entre tus dedos inocentes.

lunes, octubre 30, 2006

domingo, octubre 29, 2006

PERROS DE NADIE

Merodean las calles,
husmeando entre los restos del día
como quien asiste a un funeral:
perros apaleados en cualquier parte
un domingo gastado por la lluvia.
Madrid duerme su resaca de hartazgo
y esos perros de nadie
rastrean los días en fuga, ladrándole a los ruidos.
Perros sin dueño que recorren zonas donde nadie tiene un reino de olvidos.
¿A quién buscarán en la calle vacía?
¿A quién estarán dirigiendo sus orejas imprecisas?
Acaso descubran el paso de alguien,
del que se fue una vez, envuelto en nubes.

martes, septiembre 26, 2006

Libertad mía
de palabras sin rostro,
¿me escucharás,
como yo escucho al universo
ahogarse en la noche, para reunir en un solo punto toda la claridad de la tierra? ¿Convertirás mi obsesión en ese instante de oro donde algo no era y toma voz, donde una vez no fui y -de repente- emergí del silencio?

viernes, junio 30, 2006

ESPEJO IMPERFECTO

A Bienvenida y Araceli, por el regalo de aquellos días imperfectos.
Ésta, su metálica terquedad, reflejó muchas veces tu esplendor
y el universo naciente en los ojos. La hondura del gesto quiso ser casi tangible en sus brumas de plata y, como últimas gotas de un licor amargo, hirió la belleza con niebla en los sueños. Así sostuvisteis las luchas vanas, transfigurando al monstruo, fraguando el eco de su faz, detenida la blancura en sus caricias de luz encendida. Y es todo cuanto ofrece hoy este espejo: la plenitud y el sucumbir del rostro que lo contempla en silencio.
© 2006 Bernardo Bersabé

sábado, junio 24, 2006

Felipe Benítez Reyes

EL FINAL DE LA FIESTA
Copas sobre el césped, mojadas de rocío,
con manchas de carmines estridentes...
En el jardín nocturno brillaban las guirnaldas
y llegaba la música
en aladas bandejas invisibles del aire.
Los abrazos furtivos, el juego de señales,
los disfraces barrocos y las niñas de nieve
posando de fatales con rosas en los labios.
Copas abandonadas sobre el césped, confetti
flotando en la piscina y un jirón de vestido
prendido en el columpio. Toda la irrealidad
de esa escenografía de los bailes de máscaras
tuvo para nosotros un sentido simbólico:
era la juventud,
vestida de sí misma, estrafalaria y loca,
quemando alegremente sus bengalas,
porque el amanecer traería un viento frío,
una mala resaca como precio. Las copas
quedaron sobre el césped. Flores pisoteadas,
antifaces deshechos, sombreros, serpentinas
diminuto y fantasma que naufragó en el sueño
de aquella noche de verano. En las hogueras
de nuestro corazón los restos de una fiesta,
los restos de una vida. Recogeré las copas,
guardaré mi disfraz en un cajón secreto.
Duró poco la fiesta. De nuevo cae la noche
y la luna se estampa sobre un cielo desnudo.

jueves, mayo 25, 2006

Un mundo teñido de paz

Durante la era glacial, muchos animales morían por causa del frío. Los puercos espín, percibiendo esta situación, acordaron vivir en grupos, así se daban abrigo y se protegían mutuamente. Pero las espinas de cada uno herían a los vecinos más próximos, justamente a aquellos que les brindaban calor. Y, por eso, se separaron unos de otros. Nuevamente volvieron a sentir frío y tuvieron que tomar una decisión: o desaparecían de la faz de la tierra o aceptaban las espinas de sus vecinos. Con sabiduría, decidieron volver y vivir juntos. Aprendieron así a vivir con la pequeñas heridas que una relación muy cercana les podía ocasionar, porque lo que realmente era importante era el calor del otro. Fue así como sobrevivieron. La mejor relación no es aquella que une personas perfectas, es aquella donde cada uno acepta los defectos del otro y consigue perdón por los suyos propios.

jueves, mayo 04, 2006

BUSCO EN TI

Busco en ti la quietud del humo, esa
sensación insondable que nace en
tu mirada si reptas entre sombras.
Busco un camino para convencerte
de que nada hay que saber del sol
en el placer vertical de un ocaso.
¿Me comprendes ahora
cuando trato de ocultarme
detrás de tu cordura?
© Bernardo Bersabé

miércoles, abril 26, 2006

Cosmopoética 2006

Un hombre es dios cuando todos sus súbditos

se comportan ante él como rey.

Un dios es hombre cuando sus milagros

dejan de interesar a los sumisos.

Un desnudo deja de tener frío

cuando el ingenuo le clava los ojos.

Un poeta pasa a ser inmortal

cuando puede ajusticiar la belleza

en favor de la verdad.

© Bernardo Bersabé

domingo, abril 02, 2006

Libre de obstáculos, anduve ayer sobre vidrios de mi propia codicia. Hoy, ajeno a voces y a mercancías, avanzo solo, mansamente, sobre
los raíles oxidados del tiempo.
© Bernardo Bersabé

viernes, marzo 24, 2006

Maneras de mirar

La energía en el placer crea malestar y sufrimiento positivo. Charles Baudelaire. Espiaré al mundo con su forma de mirar, tan afilada. Desecharé sus esquirlas sin afán de posesión alguno. La indiferencia será un estertor controlado, un perro vagando y sus migajas. El hoy no se lo voy a regalar al tiempo. Prometo, eso si, no ocultarme más detrás de la belleza, esa forma de cobardía. Dejaré, por tanto, que mi cuerpo descanse. Daré rienda suelta a mis palabras inútiles. Seguiré, como siempre, tan tercamente viva.

© Bernardo Bersabé

sábado, marzo 18, 2006

Pedro Salinas

35 BUJÍAS
Sí, cuando quiera yo la soltaré. Está presa aquí arriba, invisible. Yo la veo en su claro castillo de cristal, y la vigilan -cien mil lanzas- los rayos -cien mil rayos- del sol. Pero de noche, cerradas las ventanas para que no la vean -guiñadoras espías- las estrellas, la soltaré (Apretar un botón.). Caerá toda de arriba a besarme, a envolverme de bendición, de claro, de amor, pura. En el cuarto ella y yo no más, amantes eternos, ella mi iluminadora musa dócil en contra de secretos en masa de la noche -afuera- descifraremos formas leves, signos, perseguidos en mares de blancura por mí, por ella, artificial princesa, amada eléctrica.

sábado, marzo 11, 2006

Antonio Gamoneda

MALOS RECUERDOS
La vergüenza es un sentimiento revolucionario.
KARL MARX
Llevo colgados de mi corazón los ojos de una perra y, más abajo, una carta de madre campesina. Cuando yo tenía doce años, algunos días, al anochecer, llevábamos al sótano a una perra sucia y pequeña. Con un cable le dábamos y luego con las astillas y los hierros. (Era así. Era así. Ella gemía, se arrastraba pidiendo, se orinaba, y nosotros la colgábamos para pegar mejor). Aquella perra iba con nosotros
a las praderas y los cuestos. Era veloz y nos amaba. Cuando yo tenía quince años, un día, no sé cómo, llegó a mí un sobre con la carta de un soldado. Le escribía su madre. No recuerdo: «¿Cuándo vienes? Tu hermana no me habla. No te puedo mandar ningún dinero...» Y, en el sobre, doblados, cinco sellos y papel de fumar para su hijo. «Tu madre que te quiere.» No recuerdo el nombre de la madre del soldado. Aquella carta no llegó a su destino: yo robé al soldado su papel de fumar y rompí las palabras que decían el nombre de su madre. Mi vergüenza es tan grande como mi cuerpo, pero aunque tuviese el tamaño de la tierra no podría volver y despegar el cable de aquel vientre ni enviar la carta del soldado.

martes, marzo 07, 2006

Luis Martín Santos

...un hombre encuentra en su ciudad no sólo su determinación como persona y su razón de ser, sino también los impedimentos múltiples y los obstáculos invencibles que le impiden llegar a ser, ...un hombre y una ciudad tienen relaciones que no se explican por las personas a las que el hombre ama, ni por las personas a las que el hombre hace sufrir...
(Fragmento de Tiempo de Silencio)

miércoles, febrero 22, 2006

Vicente Huidobro

Una vez concebida la idea de mi poema, la primera pregunta que me hice fue sobre el metro en que debía desarrollarlo. Sin vacilar pensé en el verso libre, porque si hay un tema que exija esta nueva forma, ese tema es el mío, por su misma primitividad de vida libre. Por otra parte, yo hubiera deseado hacer muy grande, muy fuerte la creación del poema, y ese mismo deseo de grandeza me pedía mayor libertad, absoluta amplitud.

Los retóricos españoles confunden el verso libre con el verso blanco. El primero es una mezcla de ritmos armoniosa en su conjunto y de versos perfectamente rimados en consonante o asonante (o en ambas rimas), y el segundo es siempre de igual número de sílabas y sin rima.

El poeta antiguo atendía al ritmo de cada verso en particular, el verso-librista atiende a la armonía total de la estrofa. Es una orquestación más amplia, sin compás machacante de organillo. A las protestas de los retóricos adocenados diremos que cada uno de los metros clásicos oficiales y patentados, significó, también, en un tiempo, la conquista de una nueva forma, de una nueva libertad. Y a los que no perciben la armonía del verso libre les diremos que reeduquen bien su oído, su pésimo oído, puesto que soportan con gusto largas tiradas de versos iguales que a veces durante media hora están apaleando el oído o cada cierto número fijo de sílabas.

También les diremos que recuerden que cuando Boscán llevó a España el endecasílabo italiano fue rudamente atacado y que nadie percibía entonces el ritmo del verso que pocos años después sería el favorito de la alta poesía clásica castellana.

Todo evoluciona; confiemos también nosotros en la evolución de los malos oídos, confiemos en que algún día percibirán todos el maravilloso ritmo interior.

La idea es la que debe crear el ritmo y no el ritmo a la idea, como en casi todos los poetas antiguos.

martes, febrero 07, 2006

Emilio Lledó

Dudar es, sobre todo, dejar que la instantaneidad de la información se sumerja en un tiempo más largo donde la respuesta se estira pausadamente, y se instala en una temporalidad no urgida por respuesta automática alguna, sino desplegada en el paisaje de la posibilidad.
Esta duda es precisamente un valioso remedio ante las presiones de la instantaneidad.

Francisco Ayala

Rara vez las explicaciones del artista acerca de su arte resultan de verdad aclaratorias para los demás. En ese hecho, siempre repetido, se ha querido ver una comprobación de la tesis que proclama inconsciente el genio creador; frente a sus frutos, el individuo que le sirve de soporte se hallaría, después del rapto, en el mismo estado de atónito desconcierto que el más ajeno de los espectadores; de ahí su inhabilidad para dar cuenta cabal de su propia obra.

miércoles, febrero 01, 2006

Federico García Lorca

El poeta debe llevar un plano de los sitios que va a recorrer y debe estar seguro frente a las mil bellezas y las mil fealdades disfrazadas de belleza que han de pasar delante de sus ojos.

lunes, enero 30, 2006

María Zambrano

"Escribir es defender la soledad en que se está; es una acción que sólo brota desde un aislamiento efectivo, pero desde un aislamiento comunicable, en que, precisamente, por la lejanía de toda cosa concreta se hace posible un descubrimiento de relaciones entre ellas.

Pero es una soledad que necesita ser defendida, que es lo mismo que necesitar de justificación. El escritor defiende su soledad, mostrando lo que en ella y únicamente en ella, encuentra."

miércoles, enero 18, 2006

SOLEDAD

Reconozco tu grandeza,

sufrida huésped que

-a cambio de mis derrotas-

no pagas inquilinato alguno

por la morada que te presto,

este domicilio traidor,

silenciosa fortaleza de un tiempo

que algún día abandonaré, muerto.

Gracias por tu playa de invierno,

tu cielo color estaño,

tus maderos de palabras,

tus olas con sabor a nada.

Me das la libertad para el juego

pero me atas siempre a la memoria.

Me ofreces la sombra de tu cuerpo

siempre disfrazada de virgen,

ceñida lencería de acero

y piernas abiertas de silencio.

Sabia tirana cuyo discurso

siempre está por escribir.

Mosca molesta que te acercas

zumbando al calor de la desgracia.

Estufa de borrachos, a quienes

calientas a base de indiferencia.

¿No te bastó ya

con ser reina de mi juventud,

sabiendo que serás una tormenta

en mi vejez, atesorando lamentos?

Gracias, pero no salgas

más de tu oscuro cuarto,

ingrata compañera de condena.

© Bernardo Bersabé

Madrid, 9 de enero de 2006

lunes, enero 09, 2006

Fernando Pessoa

Sustitúyete siempre a ti mismo. Tú no eres suficiente para tí. Haz de tu alma una metafísica, una ética, una estética. Sustituye en ti a Dios, indecorosamente, en la única actitud realmente religiosa. (Dios está en todas partes, menos en sí mismo).

domingo, enero 08, 2006

Gabriel García Márquez

"La vida no es la que uno vivió, sino la que uno recuerda y cómo la recuerda para contarla".