miércoles, febrero 07, 2007

AMOR Y CELOS EN EL ESPACIO

Desde aquel viaje no has vuelto a ser la misma. Te habían clavado un puñal en el tiempo y las verdades amenazaban con rabia. Allá arriba, donde la luz carecía de peso, tú misma comprendías lo arriesgado de tu aventura, sin darle importancia. Observabas un abismo musical de estrellas para olvidarlo: esa infinita colmena que es el cosmos, sin disimulo de vanidad en su amenaza.
Al descender y deciros adiós, una daga se te quedó prendida del alma. Volvías a sentir el frío de las madrugadas.
Hoy, ya de camino, sintiendo en los pómulos el vigor de la vida, no sabes a qué te llevará este otro viaje. Lo único que sabes es que su rostro se te aparece como un destello en el calendario perverso de la memoria. Siempre con la extraña sensación de que un deseo te va a arrebatar la vida.