jueves, abril 26, 2007

DICTAMEN

Tú, el que juzga
desde fuera del tiempo mi vivir en el tiempo...
Viste morir en mi a un niño
envuelto en lienzos y mercaderías.
Al chiquillo sin nombre
rendido al hechizo de las promesas.
A un adolescente celebrando
aquelarres de fervor en sus versos.
El resultado es esto.
Un individuo cansado que te mira a ti
con suspicacia.
Un hombre agarrado a su propia cobardía,
esa tenaz liturgia del recelo.

5 Comments:

Anonymous Anónimo said...

Me encanta.Vales mucho

12:19 a. m.

 
Blogger Tris said...

"Un hombre agarrado a su propia cobardía, esa tenaz liturgia del recelo." (bonito rencor)
Descansar,tomarse su tiempo y luego dejar que la cobardía se vaya. Y si no se va, échala.

un sldo.

6:50 p. m.

 
Blogger Tris said...

"Un hombre agarrado a su propia cobardía, esa tenaz liturgia del recelo." (bonito rencor)
Descansar,tomarse su tiempo y luego dejar que la cobardía se vaya. Y si no se va, échala.

un sldo.

6:54 p. m.

 
Blogger Bernardo Bersabé said...

gracias a ambos y bienvenidos a vuestra casa...

si, la propia cobardía, en tantas ocasiones madero mojado...

dejar reposar las emociones, por supuesto...

un abrazo.

11:49 p. m.

 
Anonymous Anónimo said...

La cobardía hace crecer la suspicacia. El que te juzga no estará para levantar las cenizas del madero mojado. La cobardía se disipa cuando haces surgir al niño, los niños no temen más que a lo aprendido. DESAPRENDETE.

12:30 a. m.

 

Publicar un comentario

<< Home