viernes, enero 06, 2006

Juan Ramón Jiménez

No te acerques más, árbol

que si tus hojas secas

se prenden en el ascua

de mi corazón

arderá todo el mundo.

Quédate en ti lo mismo

que un perro enfermo, árbol,

contempla con sosiego

la puesta de este sol,

y sé buen guardián

de tu bosque.

Tú has sido para mí,

el bosque todo, tú, el amigo

natural.

* Poema inédito, recientemente aparecido en una carta dirigida a Gerardo Diego.