jueves, diciembre 15, 2005

Elsa López

Cuando tu lengua escarba mi cuerpo lacerado que fue tan sólo tuyo durante un tiempo espeso, inmortal y perfecto. Entonces tú terminas y yo comienzo a amarte. Cuando he rugido cóncava debajo de tus piernas, y has dejado un reguero de sal y hierbabuena sobre mi piel reseca. Entonces tú terminas y yo comienzo a amarte. Cuando la luz se apaga y tu cuerpo se queda tendido y olvidado entre blandas semillas. Entonces tú terminas y yo comienzo a amarte.