martes, noviembre 29, 2005

Hoy grito yo...

Últimamente el salto de pértiga ha pasado a ser noticia y -simultáneamente- deporte de supervivencia. Por un “vaya usté a saber por qué” artimaña del azar sociopolítico, ciertos saltos desde el trampolín de la pobreza se han convertido en una atractiva algarabía mediática. Antes era sólo un murmullo que los esquivos oídos occidentales no querían oír. Desde hace unos meses no se escucha otra cosa.

Hasta que esas piltrafas humanas -negras, enganchadas en espinos- han despertado nuestras conciencias, no hemos llorado en nuestras butacas. Han tenido que pasar años de desidia oficial y oscurantismo para que nos diésemos cuenta del furor de sus sueños, de lo desgarrador de la vida en esos países y de los deseos de vida del Sur, que efectivamente, también existe. A ese mismo territorio nos quisieron confinar, hasta hace bien poco, nuestros queridos hermanos europeos.

Parece mentira que la última frontera que separa a esos seres humanos de sus quimeras sea de fiero y lacerante acero. Que nuestras almas no hayan dado nunca un brinco con los gritos y desgarros de su carne. Al menos, con ese molesto aullido de piedad, nuestras conciencias dejaron –tan sólo por una vez- de bostezar en los telediarios.

A los africanos no sólo les estamos arrancando a pedazos la piel con nuestros alambres de espinos, los mismos que delimitan los movimientos del ganado; les estamos cercando algo aún más importante: sus sueños.

Y es que en este latifundio de la opulencia mal entendida, tan sólo los que no morimos de hambre tenemos derecho a soñar con un mundo mejor.

Madrid, 29 de noviembre de 2005

1 Comments:

Blogger Bernardo Bersabé said...

Efectivamente Eva, que vergüenza ajena me da encender la tele a diario para tratar de recoger las migajas de lo que nos quieran contar y ver mezcladas esas crudísimas imágenes con las de las señoronas de rastrillo solidaro y mandil cachondón, vendiendo sus "croquetitas". Me jode esta sociedad, coño....y ya voy siendo mayor para estas cosas.

Lo del repetirse en tus comentarios, supongo que es porque le da gustirrinín.

Gracias por tus elogios.

Un beso.

10:29 a. m.

 

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