martes, noviembre 01, 2005

Heridas de la luz

Heridas de la luz,

caminos lentos por donde

anduvieron nuestros cuerpos.

Un deseo que creció bajo los ojos

de cualquier madrugada.

Allí siguen los objetos

que oyeron el sonido

de la lujuria en la penumbra,

el ancho lecho en que

ardieron los astros,

los minutos que se fueron

cayendo de tus manos.

Después, las calles

se olvidaron de los ecos.

© Bernardo Bersabé

Madrid, 15 de septiembre de 2005