viernes, junio 30, 2006

ESPEJO IMPERFECTO

A Bienvenida y Araceli, por el regalo de aquellos días imperfectos.
Ésta, su metálica terquedad, reflejó muchas veces tu esplendor
y el universo naciente en los ojos. La hondura del gesto quiso ser casi tangible en sus brumas de plata y, como últimas gotas de un licor amargo, hirió la belleza con niebla en los sueños. Así sostuvisteis las luchas vanas, transfigurando al monstruo, fraguando el eco de su faz, detenida la blancura en sus caricias de luz encendida. Y es todo cuanto ofrece hoy este espejo: la plenitud y el sucumbir del rostro que lo contempla en silencio.
© 2006 Bernardo Bersabé

sábado, junio 24, 2006

Felipe Benítez Reyes

EL FINAL DE LA FIESTA
Copas sobre el césped, mojadas de rocío,
con manchas de carmines estridentes...
En el jardín nocturno brillaban las guirnaldas
y llegaba la música
en aladas bandejas invisibles del aire.
Los abrazos furtivos, el juego de señales,
los disfraces barrocos y las niñas de nieve
posando de fatales con rosas en los labios.
Copas abandonadas sobre el césped, confetti
flotando en la piscina y un jirón de vestido
prendido en el columpio. Toda la irrealidad
de esa escenografía de los bailes de máscaras
tuvo para nosotros un sentido simbólico:
era la juventud,
vestida de sí misma, estrafalaria y loca,
quemando alegremente sus bengalas,
porque el amanecer traería un viento frío,
una mala resaca como precio. Las copas
quedaron sobre el césped. Flores pisoteadas,
antifaces deshechos, sombreros, serpentinas
diminuto y fantasma que naufragó en el sueño
de aquella noche de verano. En las hogueras
de nuestro corazón los restos de una fiesta,
los restos de una vida. Recogeré las copas,
guardaré mi disfraz en un cajón secreto.
Duró poco la fiesta. De nuevo cae la noche
y la luna se estampa sobre un cielo desnudo.